Diversas reformas
131Por entonces, leyendo el pueblo el libro de Moisés, encontramos escrito: <<Los amonitas y moabitas nunca podrán pertenecer a la comunidad de Dios 2porque no socorrieron a los israelitas con pan y agua, "sino que contrató a Balaán para que los maldijese" (aunque nuestro Dios cambió la maldición en bendición)>>. 3Cuando escucharon esta cláusula apartaron de Israel a la masa de extranjeros.
4Antes de esto, el sacerdote Eliasib, encargado de las dependencias del templo y pariente de Tobías, 5le había acondicionado a éste una habitación espaciosa, en la que antes solían guardarse las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del trigo, del vino y del aceite debido a los levitas, cantores y porteros, y la contribución para los sacerdotes. 6En ese momento no me encontraba yo en Jerusalén, pues el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, fue a ver a su majestad; al cabo de cierto tiempo, con el permiso del rey, 7volví a Jerusalén y advertí la maldad que había cometido Eliasib acondicionándole a Tobías una habitación en los atrios del templo. 8Me pareció muy mal, mandé sacar de la habitación todas las cosas de Tobías, 9ordené que la purificasen y volví a guardar allí los utensilios del templo, las ofrendas y el incienso.
10Supe también que los levitas no habían percibido sus porciones y que por eso los levitas y los cantores encargados del culto se habían marchado a sus campos. 11Me encaré con los notables, y les dije:
-¿Por qué se ha descuidado el templo?
12Mandé reunir a los levitas y volvieron a ocupar sus puestos. Todos los judíos trajeron a los almacenes el diezmo del trigo, del vino y del aceite. 13Puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al sacerdote Sadoc y al levita Fedayas, ayudados por Janán, hijo de Zacur, hijo de Matanías, que tenían fama de honrados; se encargaron de distribuir las porciones a sus hermanos.
14Tenme esto en cuenta, Dios mío, y no olvides mi piedad en favor del templo y de su culto.
15Vi también por entonces que algunos judíos pisaban el lagar en sábado otros hacían gavillas y las cargaban en mulos; e incluso introducían en sábado en Jerusalén vino, uvas, higos y toda clase de cargas. Les eché en cara que vendiesen su mercancía ese día. 16También los tirios residentes en Jerusalén traían pescado y toda clase de mercancías, y los vendían en sábado a los judíos y en Jerusalén.
17Me encaré con los nobles de Judá, y les dije:
18-Obráis mal profanando el día del sábado. Es lo mismo que hicieron nuestros padres, y fijaos en el castigo que nos mandó nuestro Dios a nosotros y a esta ciudad. Profanando el sábado acrecentáis su cólera contra Israel.
19Mandé que se cerrasen las puertas de Jerusalén al caer la tarde antes del sábado, con orden de no abrirlas hasta pasado el sábado. Y puse en las puertas a algunos de mis criados para que no entrase ninguna carga en día de sábado. 20Pero algunos comerciantes y mercaderes diversos se quedaron a pernoctar fuera de Jerusalén una y otra vez. 21Les advertí:
-¿Por qué dormís frente a la muralla? Como volváis a hacerlo os echo mano.
Desde entonces no aparecieron en sábado.
22Ordené a los levitas que se purificasen y ayudasen a los guardianes de las puertas a santificar el día del sábado.
Tenme también esto en cuenta, Dios mío, y perdóname por tu gran misericordia.
23Por entonces advertí también que algunos judíos se habían casado con mujeres asdoditas, amonitas y moabitas. 24La mitad de sus hijos hablaban asdodeo u otras lenguas extranjeras, pero no sabían hablar hebreo. 25Me encaré con ellos, los maldije, golpeé a algunos, les tiré de los pelos y los conjuré solemnemente: <<No casaréis vuestras hijas con sus hijos ni tomaréis sus hijas para vuestros hijos o para vosotros>>. 26Ese fue precisamente el pecado de Salomón, rey de Israel. No había otro rey como él en toda la tierra, y su Dios lo quería tanto que lo hizo rey de todo Israel. Pero incluso a él lo hicieron pecar las mujeres extranjeras. 27Que no volvamos a enterarnos de que cometéis la infamia de ofender a nuestro Dios casándoos con extranjeras.
28Un hijo del sumo sacerdote, Yoyadá, hijo de Eliasib, era yerno del joronita Sanbalat. Lo alejé de mi presencia.
29Tenles en cuenta, Dios mío, las profanaciones que han cometido contra el sacerdocio y contra el pacto de los sacerdotes y levitas.
30Así, pues, los purifiqué de todo contacto con extranjeros y restablecí a los sacerdotes y levitas en sus respectivos cargos. 31También me ocupé de las ofrendas de leña en los tiempos señalados, igual que de las primicias.
Acuérdate de mí, Dios mío, para mi bien.
Explicación.
13 Este capítulo, a manera de apéndice, presenta algunas reformas de Nehemías. Vemos que coinciden con los compromisos del pacto; por eso tendrían lugar con ocasión de la ceremonia. O como parte de la penitencia o como consecuencia del pacto firmado, es decir como preparación o como ejecución de lo prometido.
13,1-3 Lo primero es un acto de segregación. La Ley en cuestión se lee en Dt 23 en una sección sobre la pureza: pureza de sangre y en el campamento; excluye a moabitas y amonitas aun "en la décima generación". El término empleado, "masa, turba", se aplica en Ex 12,38 a los extranjeros que acompañaron a los israelitas en la salida de Egipto; Jeremías y Ezequiel lo usan en oráculos contra las naciones paganas (Jr 25,20-24; 50,37; Ez 30,5). Eliminada la turba extranjera, queda puro Israel.
13,4-9 Tobías era un amonita rico emparentado con la nobleza judía, probablemente el personaje que ya hemos encontrado a lo largo del libro, o uno de su familia. Si el atrio del templo era sólo para los israelitas, las dependencias eran sólo para el personal sacerdotal. Puede ser que Tobías se hubiera instalado dentro del templo para despachar allí sus negocios, se entiende pagando algo a Eliasib.
13,10-13 Repetidas veces hemos visto que los levitas encontraban dificultades para sustentarse en la ciudad y que el número de levitas repatriados era en proporción bastante bajo. Se infiere que tampoco los sacerdotes eran generosos con los levitas, que también económicamente había un clero alto y un clero bajo, lesionando la justicia. Los nuevos nombramientos de Nehemías significaban el licenciamiento de los precedentes, que no merecían la fama de honrados.
13,15-22 El sábado. Las infracciones se refieren a la cosecha y la vendimia, cuando las tareas del campo urgen y una interpretación benigna de la Ley parece imponerse. En segundo lugar se refiere al comercio en Jerusalén, para el cual parece que aprovechaban el día en que la población estaba más disponible.
Para robustecer su interpretación estricta, Nehemías presenta el destierro como castigo por la profanación del sábado. Y no bastando las razones toma medidas de policía para suprimir el abuso. Véase Is 58,13-14.
13,23-28 Matrimonios mixtos. También aquí el gobernador dispone de un "argumento de Escritura". La diferencia es que en el caso de Salomón se trataba de idolatría y en el caso presente de no hablar la lengua patria. Las mujeres de Asdod eran de ascendencia filistea si no se había confundido totalmente la población.
Nehemías se contenta con amonestar gravemente, pero no procede a rescindir los matrimonios ya contraídos (como se lee en Esd 9 y 10). El delito era más grave cuando se trataba de sacerdotes y levitas, consagrados especialmente al culto.
Terminan las memorias de Nehemías invocando por quinta vez el recuerdo benévolo del Señor, según el espíritu y la letra de tantos salmos (Sal 25,7; 106,4; 115,12).